PANORAMA: WHITE EPILEPSY, DE PHILIPPE GRANDRIEUX (SPA)

white-epilepsy-02-White

Por: Mónica Delgado

Esta es una película que parece un punto aparte o un punto final dentro del universo de Philippe Grandrieux. A pesar que maneja con rigor una puesta en escena que roza lo radical de la instalación, la performance o el videoarte, el cineasta aún osa mantenerse dentro de su más grande obsesión: las posibilidades del cuerpo y su estallido. Como en Sombre o en La vie nouvelle, Grandrieux nuevamente va a centrarse en lo corporal, ya como prisión o simplemente como lo irremediable, como una cápsula de cuyo interior asoma la animalidad en estado original o arcaico, y en el extremo, la indiferencia del insecto (incluso un episodio de White Epilepsy recuerda el rito de una mantis religiosa en plena barbarie o la simple pasividad de la víctima, lo que también remite a la escena antológica de La vie Nouvelle, donde el personaje de Anna Mouglalis muta en una suerte de animal en cautiverio, o a los protagonistas de Sombre o Un lac). Pero lo que diferencia a este reciente film de las obras anteriores del cineasta francés es precisamente su carácter permeable en la forma en que expresa este tratado del cuerpo: ¿es solo videoarte? ¿es una película? ¿porqué el formato del screen vertical en la exhibición de una sala de cine? ¿qué más allá del registro de cuerpos en performance?

En White Epilepsy solo hay cuerpos y noche, cuatro cuerpos en un ritmo ralentizado que no impide percibir el aturdimiento o el desfase, como para estar atentos a sus texturas, movimientos, caídas y entrega. La epilepsia blanca va a llegar en el reverso de la liberación, el grito de la lucidez, luego de que veamos a través de una serie de episodios o escenas como un cuerpo solitario, en medio de un campo abierto y en plena oscuridad, reconoce a su otro: una mujer con la cual comenzará la batalla. Esta absorción, de la mujer que intenta engullir al macho, lo que no excluye los ritos eróticos de fuerza y lucha, sin satisfacción, va a hurgar no solo en un juego caníbal sino en la afirmación de lo femenino y su conciencia brutal en el grito del rostro y sangre.

El formato acomoda los cuerpos, es decir permite mirarlos y contemplarlos en el espacio limitado de lo vertical. El marco acorde al cuerpo deviene en cárcel. Y así, la nueva costumbre del ojo, a la vieja manera de Bill Viola o a la nueva de Pipilotti Risk, que fija los cuerpos con esa cámara de “pie”, mide la real fisonomía de actores/danzantes/personajes, y hacen de White Epilepsy una reminiscencia de otras experiencias del body art, sin embargo hay allí un elemento de apropiación y de afirmación que no tienen otras obras, dilucidar la interioridad de esos cuerpos, abrirlos, mostrarlos, exhumarlos.

Por otro lado, a diferencia también de otras motivaciones del cine de Grandrieux, en White Epilepsy apenas hay rostros, es como si hubiera la necesidad de mostrar todo desde panorámicos, cuerpos completos, en ligeros fragmentos, hermanados, unidos, atravesados, para luego mostrar en el furioso plano del grito, en un trabajo de saturación de luz, casi blanquecino, a la única flor del delirio: la boca saciada y ensagrentada. Sin embargo, luego del clímax, Grandrieux corona su propuesta con un final desolador: luego de la lucha de los cuerpos, del triunfo de uno sobre el otro, del grito liberador o la conciencia de lo salvaje, está la penumbra y el ocaso, la vejez de los cuerpos a la espera de la muerte.

Director: Philippe Grandrieux
Productora: Annick Lemonnier
Cinematografía: Philippe Grandrieux
Cast: Hélène Rocheteau, Jean-Nicolas Dafflon, Anja Röttgerkamp, Dominique Dupuy
Sonido: Corinne Thévenon
Francia
2012

Comments
2 Responses to “PANORAMA: WHITE EPILEPSY, DE PHILIPPE GRANDRIEUX (SPA)”
Trackbacks
Check out what others are saying...
  1. […] el texto completo sobre esta película aquí. Un segundo texto (en inglés) se puede leer […]

  2. […] el texto completo sobre esta película aquí. Un segundo texto (en inglés) se puede leer […]



Leave a comment